Otras vaginoplastias:
Entre las más usadas están:
- La vaginoplastia por expansión tisular,
consiste en la utilización de expansores subcutáneas (balones inflables),
situados dentro de cada labio menor, a través de incisiones inguinales
bilaterales. Luego, estos son lentamente insuflados, a razón de 5 ml/día. Una
vez que los balones alcanzan los 80 ml c/u, la paciente es llevada a pabellón,
donde se procede a retirar los expansores y disecar un espacio entre vejiga y
recto. La piel redundante creada por el procedimiento anteriormente descrito se
utiliza para crear colgajos cutáneos, con los cuales se hace una
"bolsa", que se introduce en la cavidad preformada. El ápex de este
saco es fijado a los remanentes Müllerianos, vía laparotomía, en pacientes con
síndrome de MRKH.
Sus ventajas son su marcada menor tendencia a la
retracción, lo que puede llevar a prescindir del uso de dilatadores postoperatorios,
y la excelente irrigación de la cavidad, con un aumento en las posibilidades de
éxito del tratamiento. Entre sus desventajas, la más frecuente es la infección,
que conlleva, generalmente, a una prolongación de la hospitalización.
- La vaginoplastia con interposición de colon es
otra alternativa a considerar. Actualmente, sólo se usa sigmoides,
discontinuándose la vaginoplastia con íleos, dadas sus múltiples desventajas
(ejemplo, pérdida de la válvula ileocecal).
Dentro de sus virtudes, tenemos el proveer una vagina
bien lubricada, que crecerá con la paciente, y que no necesita dilatación
complementaria. Estas razones la hacen ideal para correcciones en mujeres muy
jóvenes, vírgenes aún, pero que quieren reparar su defecto precozmente por
razones psicológicas. Los mayores inconvenientes que presenta son el requerir
de una cirugía abdominal mayor y la eventual producción excesiva de
secreciones, pero hay trabajos y autores que argumentan que esto es sólo un
hecho inicial.
- La vaginoplastia por tracción se
puede hacer vía laparotomía (técnica de Vecchietti) o laparoscopia (Vecchietti
modificada). Se basa en la tracción del manguito vaginal, utilizando un
aparato, especialmente diseñado para esto, que se "ancla" en el
abdomen (área suprapúbica). La fase de invaginación comienza inmediatamente en
el postoperatorio, y continúa a una velocidad de 1-1,5 cm/día, hasta alcanzar
los 10 a 12 cm máximo (7-8 días). Al conseguir el objetivo anterior, se
instruye a la mujer para proseguir con el uso de dilatadores vaginales.
Es una técnica segura, que acorta el tiempo de
dilatación vaginal requerido por el método de Frank. Junto con esto, no
necesita hospitalización prolongada (si es laparoscópica), a diferencia de
otras alternativas quirúrgicas. Su tasa de complicaciones es baja, y su éxito
es comparable con las otras modalidades terapéuticas analizadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario