domingo, 9 de septiembre de 2012

Manejo


Manejo

 

 

Principios Generales: Antes de entrar en detalles sobre las características de las distintas alternativas terapéuticas, disponibles actualmente, para el tratamiento de pacientes con agenesia Mülleriana, es necesario hacer algunas consideraciones básicas, comunes al manejo de cualquier mujer con esta patología:


- Su diagnóstico conlleva un fuerte estrés emocional para la afectada, dado las implicancias que tiene sobre su vida sexual y reproductiva futura. Esta situación demanda, por parte del tratante, un esfuerzo máximo por controlar el impacto inicial de la noticia, evitando que se transforme en una amenaza para cumplir las metas terapéuticas trazadas. El bienestar mental y la cooperación de la paciente son vitales en el éxito de cualquier tratamiento. En vista de todo lo anterior se recomienda el concurso de un equipo multidisciplinario de manejo, incluidos especialistas en salud mental.



Dentro de los puntos a trabajar, es muy importante enfatizar que la existencia de esta anomalía no altera la "naturaleza" de mujer de la paciente, resaltando que su función ovárica es absolutamente normal. De la misma manera, hay que dejar claro desde el inicio que actualmente se dispone de técnicas que permiten la creación de una neovagina apta para una vida sexual normal. Por último, se deben aclarar dudas sobre el tema de fertilidad, entregando información adecuada sobre las alternativas con las que se cuenta para lograr la maternidad.
- El momento de reconstrucción neovaginal es electivo, independiente del tratamiento elegido. Se recomienda hacerlo a una edad en que la paciente tenga consciencia de la naturaleza de su enfermedad, y del procedimiento a realizar; de este modo, se debe evitar la corrección en la infancia, la que ha demostrado altas tasas de fracaso y reintervención.







 - El objetivo del tratamiento es crear una vagina adecuada para una vida sexual normal, que idealmente requiera los menores cuidados posibles. Para lograr lo anterior, se cuenta con técnicas quirúrgicas y no quirúrgicas. Ninguna de éstas es perfecta y aplicable en todos los casos. En la actualidad, las no quirúrgicas son recomendadas como tratamientos de primera línea, reportándose recientemente, tasa de éxito mayores al 90%.
- Si se opta por un tratamiento quirúrgico, debe tenerse un conocimiento preoperatorio acabado de la anatomía pelviana de la paciente, descartando la presencia de anomalías frecuentemente asociadas, como un riñón pélvico o doble sistema ureteral, que pudiesen dificultar o alterar el procedimiento planificado.











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