Aspectos Generales
(parte2)
(parte2)
e) Anomalías asociadas: Dentro
de los principales tenemos:
- Anomalías del aparato urinario: Se
presentan en alrededor de un 40% de los casos, correspondiendo en un 15%,
aproximadamente, a defectos mayores, como la agenesia renal. Las más frecuentes
son.
- Riñón pélvico (uni o bilateral).
- Riñón en "herradura".
- Hidroureteronefrosis.
- Duplicidad ureteral.
- Riñón en "herradura".
- Hidroureteronefrosis.
- Duplicidad ureteral.
Esta asociación obliga a que toda paciente con
agenesia Mülleriana se someta a una evaluación imagenológica del aparato
urinario (ultrasonido, pielografía intravenosa, pieloTAC).
- Anomalías
esqueléticas: Presentes en un 12 a 50% de las pacientes. En
su mayoría, son alteraciones vertebrales, como por ejemplo:
- Vértebras en "cuña".
- Vértebras fusionadas.
- Vértebras rudimentarias.
- Vértebras supernumerarias.
- Vértebras fusionadas.
- Vértebras rudimentarias.
- Vértebras supernumerarias.
Ocasionalmente, pueden verse alteraciones de las
extremidades (ejemplo: clinodactilia, polidactilia, hipoplasia del radio,
escafoides o trapecio). Existen reportes de casos de asociación de agenesia
Mülleriana con otros síndromes malformativos, como Klippel-Feil y MURCS, que
incluyen anomalías de la columna cervical.
- Anomalías
auditivas.
f) Diagnósticos diferenciales: Existe
un extenso grupo de patologías en el diagnóstico diferencial de este síndrome.
A continuación caracterizamos brevemente los más relevantes:
Trastornos del desarrollo
vaginal: Incluyen las
alteraciones de fusión longitudinal y transversal.
Las anomalías de fusión longitudinal de los ductos
Müllerianos originan un doble sistema genital interno, es decir, dos
hemiúteros, con sus respectivos cuellos, y una doble vagina. El septo
longitudinal resultante no se manifiesta con amenorrea, sino con dificultades
en el coito, dispareunia o, incluso alteraciones del parto. Una de las vaginas
puede estar imperforada, produciéndose un hematocolpos; esto puede llevar a
confusión diagnóstica, siendo muchas de estas pacientes inicialmente manejadas
como dismenorrea primaria; la falta de respuesta al tratamiento gatilla la
sospecha de esta condición; la ultrasonografía pélvica evidencia fácilmente la
presencia del hematocolpos.
En cuanto a los trastornos de fusión transversal, su
forma de presentación más frecuentes es la amenorrea primaria más algia pélvica
cíclica. La repetición de menstruaciones sin salida del flujo a exterior lleva
al desarrollo de hematocolpos. El flujo menstrual retrógrado causa la aparición
de endometriosis, frecuentemente severa.
La causa exacta de la presencia de septos vaginales
transversos se desconoce, pero se piensa que hay una falla del proceso de
canalización vaginal, hacia la 20ª semana de gestación.
La evaluación del aparato urinario también es
mandatorio en estas pacientes, antes de embarcarse en cualquier tipo de
tratamiento.
Mención aparte merece una de las variedades más
frecuentes y conocida de este grupo de alteraciones, el himen imperforado.
Usualmente diagnosticado en los albores de la pubertad, se presenta, a la
inspección genital, como un abombamiento en la superficie perineal. El hallazgo
de una delgada membrana azulado, a través de la cual puede iluminarse el
hematocolpos, es diagnóstico, haciendo innecesarios procedimientos diagnósticos
adicionales. Si se realiza palpación rectoabdominal, esta revela la presencia
de estructuras Mülleriana, lo cual puede confirmarse con ultrasonografía.
Síndrome de
resistencia androgénica: En
este cuadro, el paciente es genéticamente de sexo masculino (46, XY). Por lo
tanto, sus gónadas son testículos, que producen andrógenos en forma normal. Sin
embargo, hay una ausencia o alteración de la función de los receptores
periféricos de andrógenos. Esto lleva a la regresión de los ductos de Wolff,
como se explicó anteriormente, y por ende, a ausencia de las estructuras
derivadas de ellos. Como la producción y acción de AMH es normal, también se produce
supresión Mülleriana.
Estos pacientes desarrollan fenotipo femenino, por la
combinación de falta de andrógenos y niveles estrogénicos normales-altos,
debido a la conversión periférica de andrógenos, todo lo cual lleva a un vello
axilar y púbico escaso o ausente, con desarrollo mamario normal en la pubertad.
En niñas prepúberes, se requiere de estudio
cromosómico para hacer el diagnóstico diferencial.
En pacientes puberales, en cambio, éste se puede
realizar midiendo niveles séricos de testosterona; si éstos se encuentran en el
rango masculino normal, se confirma el diagnóstico de resistencia androgénica.
En la postpubertad, el hallazgo ecográfico de tejido
ovárico funcionante puede ayudar a confirmar el diagnóstico de agenesia
Mülleriana.
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